UN PUENTE HACIA LA VIDA O LA MALA DE EDUCACIÓN DE TODOS
Por Mitzy Alvarez

El Ministerio de Transporte y Comunicaciones es el encargado a nivel nacional del tránsito terrestre. Dicta los reglamentos necesarios para el desarrollo del transporte y el ordenamiento del tránsito. Mantiene un sistema estándar de emisión de brevetes. Promueve el fortalecimiento de las capacidades técnicas e institucionales en todos los niveles de la organización nacional. Por otra parte, tenemos al Ministerio de Educación que está encargado de definir, dirigir, regular y evaluar la política educativa. Este ministerio trabaja en conjunto con el CNSV para incorporar temáticas de seguridad vial en el currículo de la educación básica. Por ende incorpora contenidos que permiten el conocimiento de las normas de tránsito, la prevención de accidentes y el correcto uso de la vía.
El Reglamento de Tránsito sirve para normar la convivencia entre conductores y peatones. La ciudadanía se va construyendo desde que nacemos. La persona cumple su ciudadanía cuando conoce, respeta y cumple el Reglamento Nacional de Tránsito. El cumplimiento de este contribuye a la Seguridad Vial. Según el Informe mundial sobre la prevención de traumáticos causados por el tránsito (2004), la Organización Mundial de la Salud recomendó fomentar campañas de información y educación vial al público. La educación vial compete a todos los usuarios de las vías, ya sean conductores, peatones o pasajeros. Pero esta se debe enseñar desde que somos pequeños. Durante la época del colegio se nos ha enseñado normas muy básicas y poco exigentes sobre el tránsito, que no han causado efecto alguno de conciencia en muchos de nosotros y aún hasta la actualidad se les enseña de esta manera a los estudiantes. Por otra parte, se debe tener en cuenta las etapas de desarrollo de los estudiantes al momento de planificar las técnicas de aprendizaje que se apliquen. Se tiene como referencia a personas que no saben o saben casi nada sobre las normas de tránsito. Por ende, ellos aportan muy poco al conocimiento de los estudiantes sobre las normas de tránsito. Según el Consejo Nacional de Seguridad Vial a través de su Secretaría Técnica logró capacitar a 6,495 conductores infractores a las normas de tránsito. También a 2,099 especialistas en seguridad vial (funcionarios de gobiernos regionales, locales, policía de carreteras y de tránsito), pero no es suficiente.
En nuestro país, es muy fácil conseguir una licencia de conducir, ya sea pagando por ella o evitando el curso para obtenerla. Esto ha generado conductores mal capacitados que transitan por las calles de la ciudad, que ocasionan accidentes e incumplen las normas de tránsito. Cuando se solicita la licencia de conducir, se tiene que pasar una serie de pruebas, como el examen médico, examen del Reglamento de Tránsito y el examen de manejo. Si por algún motivo desapruebas una de estas pruebas o todas, por un simple pago las mafias que existen dentro del sistema te aprueban. Esto genera en el ciudadano la idea que no se necesita prepararse para rendir los exámenes. Asimismo, al momento de renovar la licencia de conducir, se tiene que llevar el curso de Educación Vial en cual no se cumple, ya que también se puede pagar para no llevarlo. Existe varios ejemplos de corrupción.
En Ica se entregaban brevetes a cambio de dinero a personas y a conductores que no sabían manejar (El Comercio). Por otra parte, era cómodo para las personas con altos ingresos pagar miles de soles y recibir el brevete a domicilio, pero las personas pobres también tenían que pagar para acceder a un brevete. Otro caso parecido sucedió en Piura (El Tiempo). La organización criminal “los tramitadores de Piura” cobraban montos entre los 200 a 1.000 soles por entregar brevetes de manera fraudulenta en la Dirección Regional de Transportes. La Policía identificó a 312 personas que obtuvieron su licencia bajo esta modalidad. Así mismo, en Arequipa a través de volantes denunciaron red de corrupción para obtener brevetes en Transportes (La República). Desconocidos repartieron estos volantes a postulantes, tramitadores y a todo aquel que pasara por los exteriores de la Gerencia Regional de Transportes.
En conclusión, podemos ver que la educación vial en nuestro país es ineficiente. Cada año son más los conductores que generan accidentes de tránsito y los transeúntes son más reticentes a no obedecer las señales de tránsito. También está presente la corrupción, al momento de otorgar brevetes a personas que no saben conducir y no tienen noción de las normas de tránsito. Por estas y otras causas más, se genera el caos vehicular. Es muy importante que todos sepamos y seamos conscientes de que existe una educación vial. Asimismo es muy importante la participación activa del Gobierno, mediante campañas y proyectos que incentiven la educación vial.